Ivan Prado Sejas

MOTIVO PARA ESTE BLOG

Decidí sacar mis cuentos de la Gaveta y publicarlos, y también deseo mostrar lo que vaya creando en el presente, conforme la diosa de la inspiración me de la posibilidad de escribir cuentos.

jueves, 27 de marzo de 2014

CAÍDA Y VUELO


CAÍDA Y VUELO*

De Iván Prado Sejas

Dos ángeles, volando encima de la Tierra, discutían:
-El nuevo Papa, ha traído a la Tierra nuevas esperanzas. Los hombres tienen en él la fe para poder volar muy alto. El espíritu se hace presente.
-Si, pero no te olvides que los cristianos son cómodos. Durante siglos han llevado la bandera de la desidia, y después han querido arrepentirse para que Dios les perdone. O sea…
-No necesariamente. Lo que tú dices significa que el alma del ser humano se corrompe con facilidad. Considero que han existido religiosos, filósofos, espiritualistas, científicos, políticos…
-No, políticos no. Esos son de una raza especial, y siempre han estado ligados al averno.
-Ghandi, no.
-Es una excepción.
-Lincoln, no.
-Otra excepción.
-Sí político fuera no sólo el administrador del estado, sino también aquel individuo que lucha por la libertad del espíritu, entonces, tendríamos cientos de miles de políticos siendo agentes de transformación. Y esto cambiaría el mundo rápidamente. Y la caída que parte de la humanidad está teniendo ahora no ocurriría.
-¡Ajá! Y pensar que todo individuo tiene al espíritu dentro de sí. Y muchos cristianos no lo saben. La libertad está más cerca del hombre que la lengua del paladar.
-Y paradójicamente, lengua controlada posibilita el vuelo; lengua descontrolada provoca la caída.

*Derechos Reservados

lunes, 4 de noviembre de 2013

DE IMPOSIBILIDADES FUE POSIBLE UNA ANTOLOGÍA DEL CUENTO MARAVILLOSO EN BOLIVIA



En la Feria Internacional del Libro de Cochabamba, 2013,  dentro su programación, será presentada la primera antología del cuento maravilloso en Bolivia cuyo título es “De Imposibilidades Posibles”. En esta antología participan escritores nacionales de renombre, escritores premiados y escritores con una alta creatividad y fantasía.
“En el cuento maravilloso emerge un mundo mágico donde existen una serie de seres, de hechos y de historias “cuasi” inverosímiles. El lector común podrá ver en el cuento maravilloso una historia que se desarrolla como una simple fantasía; por su parte, el lector acucioso, podrá encontrar en el cuento una veta de significados que hacen emerger otras realidades, en distintos planos.  En el fondo de la historia (el cuento), están seres e historias que emergen con distintos “disfraces”, en la medida que el lector interpenetra en los planos dimensionales subjetivos. En ese contexto, surgieron héroes dotados de magia y poder y  personajes con características fantásticas como:, las hadas, los gnomos, los elfos, y otros (dentro la tradición occidental), kharisiri, supay, pachamama, pachatata, mallkus, achachilas, y otros (incorporados a la tradición aymara-quechua),  Cacó, Canibaba Kilure, Jichi, Jerere, y otros (dentro de la tradición de las culturas amazónicas).”
“Detrás de todo cuento maravilloso existe siempre una verdad oculta, con un contenido simbólico, cuyo significado le da el autor, o paradójicamente le otorga el lector. En ciertos textos antiguos, el cuento maravilloso se convirtió en una forma de trasmitir la verdad escondida y disfrazada con un traje simbólico. Por ejemplo, Los 12 trabajos de Hércules, reflejados en doce cuentos maravillosos, representan la historia del hombre a través de las centurias, y se muestra su crecimiento personal y espiritual. En el libro “Las Mil y una Noche” aparecen cuentos que muestran historias donde se “desglosan” las emociones humanas, en cientos de partituras que muestran la dinámica de las polaridades emocionales. En este libro están cuentos conocidos como Sindbad el marino, Aladino y la lámpara maravillosa, Alí Baba y los cuarenta ladrones y otros.  Así, se puede observar que en muchos de los textos antiguos, el cuento maravilloso escondía historias sociales acaecidas en tiempos remotos, historias de parejas que pasaban por hechos naturales y sobrenaturales, historia de personajes con poderes mágicos, historias de seres multidimensionales.”

En la literatura fantástica universal, lo maravilloso emerge casi como un género, cuya relevancia es aceptada por propios y extraños. Muchas obras que están dentro lo maravilloso, han sido llevadas al cine, y se puede mencionar: Harry Potter, El Señor de los Anillos, Alicia en el País de las Maravillas, Crónicas de Narnia y otras, conocidas por los cinéfilos y lectores de obras fantásticas.

Bolivia es un país donde el cuento maravilloso emerge desde épocas remotas. El espíritu del hombre boliviano está impregnado de fantasía y de magia, y por esto en la mente de los escritores surgen mundos fantásticos que se expresan en los cuentos orales o escritos. Escritores como Jesús Lara, Homero Carvalho, Rigoberto Paredes y otros, nos muestran la enorme riqueza fantástica y maravillosa existente dentro la literatura oral y escrita. Y dentro de esa veta, está “De Imposibilidades Posibles” con cuentos maravillosos matizados por la fantasía, lo fantástico, lo mítico, lo onírico, lo surrealista y lo sobrenatural, y ahí están escritores como Adolfo Cáceres Romero, Néstor Taboada Terán, Víctor Montoya, Cesar Verduguez, Fernando Cáceres, Pilar Pedraza, Elsy Alpire, Antonio Chávez y Fernando Villena que exploran lo mitológico y la leyenda dentro de nuestras culturas andinoamazónicas; Homero Carvalho, Claudia Adriazola, Vanessa Giacoman, Mariana Ruiz,  Ana Triveño, Yvonne Rojas y Francis Schwitzgebel exploran la fantasía y lo mítico universal; Harry Marcus y Alfonso Murillo exploran lo onírico y la fantasía; Freddy Ayala, Christian Jiménez, Ana Rosa López y Leonardo Morales exploran el surrealismo;  Blanca Elena Paz, Rosse Mary Caballero, Moira Ledezma, Daniel Averanga y Luis Iturralde, exploran lo sobrenatural; Miguel Esquirol, Guillermo Ruiz, Gustavo Munkel, Rodrigo Delgado y Yerko Escobar exploran lo fantástico y lo mágico. En la antología están cuentos premiados como “La Hechicera de los Andes” de Néstor Taboada y “El cumpleaños del Cacique” de Antonio Chávez.    

“De Imposibilidades Posibles”  es una antología que recupera el legajo de nuestras culturas; muestra el aporte de escritores que han zambullido en su subconsciente o supraconsciente para mostrar relatos altamente significativos; o, han rescatado del subconsciente colectivo formas mentales que se reflejan en relatos maravillosos. El lector disfrutará de cada relato, ingresando en un universo multidimensional. 

domingo, 4 de agosto de 2013

DIRECTORIO DEL PEN COCHABAMBA, 2013-2014

PEN COCHABAMBA. - Los Tiempos Foto | Los Tiempos

Este 4 de agosto, cumple un mes de trabajo el nuevo directorio del PEN Cochabamba, integrado por (de izquierda a derecha): Demetrio Reynolds (encargado de prensa y difusión), Iván Prado (presidente), Rosalba Guzmán, Stefan Gurtner y Teresa Rodríguez. La escritora Sisinia Anze también es parte de este nuevo directorio.
Fuente:http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/tragaluz/20130801/pen-cochabamba_222814_480714.html

domingo, 3 de marzo de 2013

CONVOCATORIA PARA LA ANTOLOGIA BOLIVIANA DEL CUENTO MARAVILLOSO



Bajo el patrocinio del Grupo Editorial Kipus, y el auspicio del Blog Ciencia Ficción y Fantasía en Bolivia, se invita a todos los escritores bolivianos y escritores extranjeros residentes en el país a presentar cuentos dentro del género Maravilloso, con todas sus variantes fantásticas, para ser considerados en el proyecto de la Primera Antología del Cuento Maravilloso de Bolivia.
 
Los requisitos son:
    1) Ser boliviano o extranjero con radicatoria en Bolivia.
    2)    Enviar uno o dos cuentos como máximo, escrito(s) en castellano, inédito(s) o no, y de autoría propia. En caso de que el cuento haya sido editado, se debe especificar el título de la obra en la que está incluido el relato, el año de publicación y editora.
    3)    El texto –sin carátula y con las páginas debidamente numeradas– debe comprender entre una y trece páginas tamaño carta (letra tipo Times New Roman, tamaño 12, con interlineado doble). Se aceptarán cuentos breves.
    4)    El cuento debe estar dentro del género maravilloso. La temática es libre. 
    5)    Tomando en cuenta las características del género fantástico-maravilloso, y considerando que en Bolivia tenemos personajes e historias correspondientes a mitos y leyendas de las culturas  andino amazónicas, dentro de la pluralidad, se valorarán especialmente los relatos que, a grandes rasgos, correspondan al maravilloso puro, fantástico maravilloso,  maravilloso mítico y maravilloso mágico. 
   6) El Comité de selección considerará que los relatos presentados estén suficientemente trabajados y pulidos por los autores. Por ello, el cuidado y el acabado de los cuentos serán criterios determinantes de selección. El Comité no se ocupará de arreglos de redacción o gramaticales.
7) El participante deberá enviar su(s) obra(s) al correo electrónico: antologiamaravillosa2013@gmail.com
Asimismo, deberá adjuntar una breve reseña biobibliográfica –que se publicará en la Antología–, así como datos personales: Nombre completo, e-mail y teléfono. Al enviar, tenga cuidado con la dirección electrónica; caso no le llegué confirmación de recibido, escriba a iprado2008@gmail.com.
8) El plazo de recepción es hasta el 30 de marzo de 2013. La Antología será publicada en 2013 por El Grupo Editorial Kipus.

EXTRAÑANDO AL FONDO NEGRO,

 Fuente: La Ramona, Periódico Opinión

En todos estos años de ejercicio del periodismo cultural, la RAMONA ha colaborado con diferentes suplementos y revistas, pero mantuvo una relación especialmente fructífera y larga con el Fondo Negro de La Prensa. Olvidando la lógica de la competencia profesional, por los intereses compartidos y por la amistad que nos unió a algunos de sus editores, fue una publicación hermana, fue uno de nuestros referentes cuando comenzamos nuestro trabajo. Esta semana nos llegó la triste noticia, se canceló a este añejo y notable espacio dedicado a la literatura y a las otras artes. No podíamos quedarnos indiferentes, debíamos despedir y rendir homenaje al Fondo. No se nos ocurrió nada mejor que pedirles textos a nuestros caros amigos Ricardo Bajo, Sebastián Antezana y Mauricio Murillo, que lo editaron y dirigieron en algunas de sus etapas más memorables. Somos muy concientes de que la cultura y el arte son lo que menos le importa a la gran mayoría de los directivos de los medios de comunicación, pues reticentes a la lectura y al ejercicio intelectual, olvidan que justamente es eso lo que engrandece a los pueblos. Salud por esas páginas publicadas, salud por el trabajo cumplido, salud por lo perdurable, salud por el Fondo Negro (ALT).

Chau Fondo Negro

Sebastián Antezana
Algunas despedidas implican una escritura triste. Ya que, fundamentalmente, son instancias de frustración, potencian un mecanismo nostálgico: es imposible no ceder ante un ejercicio de memoria. El Fondo Negro nació cuando yo tenía quince años y desaparece hoy que tengo treinta. Como en mi casa se compraba regularmente La Prensa leí el suplemento durante exactamente la mitad de mi vida, de modo que la relación que tuve con él siempre fue estrecha. Además de serlo por la lectura cotidiana, lo fue porque, en muchas ocasiones, el Fondo Negro era verdaderamente un remanso de disenso frente al desborde dominical. Literatura, cine, análisis de la cultura. Yo seguía tan de cerca al suplemento que, en algún momento, cuando creo que tenía 19 años y su director entonces –Ricardo Bajo– decidió lanzar un concurso nacional de cuentos policiales, me animé y participé sin casi pensarlo. Mi relato eventualmente ganó una mención y el primer premio se lo llevó Jaime Nisttahuz, pero eso es lo de menos. Lo importante es que el suplemento era para mí una posibilidad: medio de información, análisis e incluso impulso creativo, de modo que cuando, años después, me tocó dirigirlo fue como cerrar un círculo. Yo llegué a La Prensa respondiendo un anuncio que no hacía referencia al suplemento, sin más expectativas que la de conseguir un trabajo de corrector, y tras reunirme con quien era entonces su director, Grover Yapura, terminé encargado del Fondo Negro. Esos eran días llenos de miedo y excitación, de inseguridad y grandes planes. Allí estuve por algo más de dos años y disfruté cada momento.

Durante ese tiempo traté de proponer el Fondo Negro como espacio dedicado a la literatura –aunque, es cierto, en sus páginas se escribía también sobre cine y en alguna ocasión sobre teatro y pintura–. Eso por mi formación personal y porque consideraba que en el país no se mantenía entonces (principios de 2010) ningún suplemento literario, lo que consideraba y considero una gran falta. La noticia de su desaparición, por lo tanto, me llena de desesperanza. Hay espacios, como la Ramona, de Opinión, Ideas, de Página Siete, Tendencias, de La Razón, Brújula, de El Deber, y pocos más que se mantienen, pero ninguno tiene el perfil que tenía el Fondo Negro, que además era el suplemento decano de la prensa nacional –creo que el que le sigue inmediatamente es Brújula, que acaba de cumplir trece años.

En los periódicos y revistas naciónales, pese a honrosas excepciones, parecería haber cada vez menos comentarios especializados en
literatura, cine y otras artes; parecería ganar terreno una opinión genérica y desapasionada, descriptiva –en el peor estilo– y conformista, que se queda en la superficie de las cosas y comienza a expandirse, como un tibio protoplasma cuya función parecería ser la de uniformizar. Voy a repetir algo que no por ser trillado es menos cierto: en un gesto incomprensible, frente a las crisis económicas los periódicos suelen cerrar primero las secciones de cultura y literatura. Como si no fuera, precisamente, la gente a quien le gusta leer la que compra el periódico. ¡Como si la provocación a la lectura fuera enemiga del periódico! Al contrario, la posibilidad de generar verdaderas líneas críticas en la prensa, y de fomentar la especialización de los lectores, es el camino adecuado. Así subirían inmediatamente los estándares de nuestro consumo de literatura y de otros discursos, y de nuestras formas de relacionarnos con la historia y la historia crítica de esos discursos.

No puedo menos que atribuir a un prejuicio generalizado el hecho de que en Bolivia la cultura suele verse con menos rigor, menos seriedad y más laxitud que disciplinas como el ejercicio político –ese deporte nacional por excelencia–, la actividad económica, el fútbol y la farándula. Por lo general, creemos que cuando se trata de arte –y quizás más aún cuando se trata de literatura, ese discurso absolutamente menor que no le genera a nadie ninguna ganancia– cualquier aproximación a ella es válida y, por consiguiente, todas son iguales, intercambiables y prescindibles porque, al fin y al cabo, la literatura no es un asunto complejo o de gravedad, es algo menor y a veces incomprensible que está a años luz dela sobredosis de violencia política que se exhibe diariamente en el espectáculo de la prensa nacional. Nada menos cierto. La verdadera función de los periódicos consiste en establecer un pacto de lectura con su público, un vínculo que se basa en el amor a la letra escrita y se expresa en el análisis de la cultura.

Frente a la línea uniformizante de la prensa respecto a estos temas, frente al triste cierre de suplementos como el Fondo Negro, nos queda, simplemente, celebrar los espacios que se mantienen e imponer la marca registrada del lector, de la pregunta y las segundas lecturas. Respondamos a los medios, escribámosles, hagámosles saber nuestras opiniones, nuestras ópticas divergentes. Es necesario establecer a la duda como bandera, es necesario cuestionar las concepciones establecidas, es necesario exigir profundidad y visión histórica a los periódicos, en sus análisis, en sus opiniones. Es necesario demandar profesionalismo a la hora de encarar la compleja experiencia del arte, para poder así llegar a tener una mejor, más variada y más compleja experiencia lectora.

diocucs@hotmail.com

¡Viva el Fondo Negro, carajo!

Ricardo Bajo H.
Fui el editor del suplemento Fondo Negro de La Prensa durante casi cinco años, de 2000 a 2005. Luego, un mediodía me llamaron al despacho de la directora Amparo Canedo y me despidieron sin razón alguna. Es personal, me dijeron. Nada que ver con tu desempeño laboral. No sabía si reir o llorar. Así que no hice ninguna de las dos cosas y me dediqué aquella mañana a escribir a todos los colaboradores del Fondo Negro, uno a uno, una a una, para despedirme.

Heredé el Fondo Negro de la mano de Antonio Vera, un colega peruano-paceño amante de los libros y del buen periodismo; éste a su vez había tomado la posta de Sergio Cáceres, uno de los pilares de otra publicación legendaria, El Juguete Rabioso.

El Fondo Negro (de un poema del francés Eugene Guillevic) había tenido como precedente en el periódico de Villa Fátima al suplemento Lecturas. ¿Pueden creer que Lecturas llegó a tener 32 páginas cuando salió por primera vez a finales de los 90 junto a La Prensa? Ya sé, no es creíble. Pero yo todavía guardo aquellos Lecturas, bajo la dirección del gran Juan MacLean, gran poeta y mejor personaje paceño-cochabambino.

También guardo todos los Fondo Negro que hice o ayudé a hacer junto a los y las colaboradoras. Soy un fetichista de los periódicos viejos y algún día los encuadernaré. Recuerdo con nostalgia y casi lágrimas aquellas tapas y entrevistas que hice a los que ya no están con nosotros: una vista a la casa de la zona sur de la poeta y fumadora empedernida Blanca Wiethüchter; una mañana alcohólica con Robertito Echazú junto al Gringo Limón y a Jesús Urzagasti, en el local del segundo de la plaza Abaroa; las charlas nocturnas con el mejor rapero que ha dado Bolivia (Abraham Bojórquez de Ukamau y Ké); un cafecito por la tarde en la casa de Ana María Romero de Campero cuando publicó su última novela (“Cables cruzados”); las colaboraciones en crítica de cine de dos cumpas que ya nos dejaron como el strongusita Chesco Díaz Mariscal y Miguel Tamayo Cruz … Y como olvidarme de Viscarrita cuando vivía por Villa Fátima y venía al periódico a pedirme plata a cambio de un cuento inédito que jamás me entregaba. “Por ser vos, te voy a cobrar 20 pesos”, me decía. “No tengo ahorita, Víctor Hugo, te juro, apenas tengo diez pesitos”, le respondía. “Ya cojudo, dame eso nomás pero no te hagas, llok’alla bandido, me debes 10”.

El Fondo Negro fue para mí un escenario de lujo, un privilegio para conocer y escribir sobre nuestros mejores hombres y mujeres, los que hacen en silencio y contra viento y marea una mejor Bolivia con sus libros, músicas, poemas, obras, pinturas, artes, culturas...

Las tapas dedicadas a Elenita Poniatowska, a Volpi, a Laura Restrepo, a los punkeros Attaque 77 (cuando pasaron por La Paz), a Manu Chao, a Monsivais y sus gatos… hicieron del Fondo Negro un referente para muchos y muchas lectores; para una inmensa minoría, para los cuatro cojudos que nos preocupamos por estas pendejadas.

Y como olvidarme de los concursos literarios que organizamos con el apoyo de unos pocos: varios de cuento breve (uno lo ganó Liliana Colanzi), uno de relato policiaco (¡ganó el chaqueño David Acebey con Alison Spedding entre mi jurado!).  
 Incluso recuperamos cuadros “perdidos” del Salón Pedro Domingo Murillo gracias a una investigación que acabó con el oficial mayor de Culturas de La Paz, el actual ministro, compañero Groux, viajando a Lima para traer de vuelta el cuadro robado “Siembra” de María Luisa Pacheco.

Fueron años maravillosos de amanecerse todos los jueves e irse a casa a dormir con el sol saliendo; noches de compartir en la madrugada con colegas que dejaban todo para el final, años que todos los que pasamos por La Prensa recordamos con nostalgia, cariño y sentimientos de lucha. Y bofetadas en plena sala de reunión de editores los lunes en la mañana por defender la dignidad. Afortunadamente, como editor del Fondo Negro, siempre estaba en la reunión de los lunes y entre acusaciones de “masistas” por un lado y “neoliberales vendidos a las transnacionales” fui testigo de discusiones acaloradas entre colegas y futuras huelgas y paros del periódico en defensa del oficio. Corría el 2003 y yo tenía que pensar luego quien carajo iba a estar en la tapa del Fondo ese domingo. Te escribo de un país donde todo está negro y no es de noche. ¡Viva el Fondo Negro pinches putos!

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Postscriptum: escribo de madrugada y de memoria. Seguro me olvidé de un montón de cuates y cuatachas. Me da flojera a esta hora remover mi vieja hemeroteca. Y además soy alérgico al polvo. Disculpas.

jericoara@yahoo.com

Literatura y comunión

Mauricio Murillo
De vez en cuando me pregunto por qué dedicarle tanto tiempo y esfuerzo y laburo a una actividad como la literaria. Es tal vez fácil de argumentar que su efecto en nuestra sociedad y en el mundo es nulo. No hay manera verificable de saber cuál es su efecto verdadero. No salvamos a niños de morir (exagerando un ejemplo), no traemos paz a las naciones, no luchamos contra la pobreza, etcétera, etcétera. Pero la cosa no es tan sencilla. Creo de verdad que la escritura tiene un efecto real en nuestro mundo. La ficción nos permite relacionarnos con nuestra cotidianeidad de distinta manera, la completa. En estos tiempos veloces, donde predomina la producción y la búsqueda de ganancia, un espacio como la buena literatura aparece como un alien (esto, lo sabemos, no es solamente de los últimos años o decenios). A la gente no le importa leer. Somos como esos animales descritos en manuales de biología para colegio que viven, se reproducen y mueren. Esencial es estudiar una carrera, tener un buen trabajo, construir una familia modelo y morirse luego de haber trabajado casi la mitad de tu vida. En ese espacio donde la plata es lo fundamental, no es necesario (ni para nada importante) parar un rato para leer, para pensar, para elaborar. Los doce largos años de colegio (donde se nos aleja de la lectura) solamente los utilizamos para planear una vida aburrida y plana.

Es por esto que las publicaciones literarias de calidad, y no sólo la de libros, que se insertaban en la cotidianeidad de las noticias y los líos desde suplementos me parecen necesarios y útiles. Extraño esos suplementos literarios en el país que sí proponían, que iban más allá de una mera descripción de un evento. Recuerdo Presencia Literaria, fue el espacio más importante para poder leer en la prensa estudios completos y propositivos. Mucho de lo que sabemos de nuestros clásicos está publicado ahí. Es necesario ir más allá del mero acontecimiento social. Aturden, aburren y empalagan las presentaciones de libros y los discursos. Mejor leer. Mejor releer y escribir en diálogo. Pero, y esto es claro, a casi nadie le importa la literatura. La lectura es un acto solitario e individual, pero ahí no se acaba esto. Los diálogos que se generan luego son lo que permiten completar un sistema. No se me ocurre una palabra que ilustre de mejor manera la experiencia de la lectura que comunión.

Me parece, ahora que escribo, que lo que digo es cursi o melancólico o melodramático, no sé, pero prefiero optar por la pena que por la rabia (cosa que no sucede tan seguido). Los que hemos elegido la literatura como experiencia de vida sabíamos desde el principio a qué nos ateníamos (lo que no quiera decir que lo que sucede esté bien). Pero igual pone siempre triste que algo tan importante como la literatura o la ficción pase casi siempre como una anécdota. En el tiempo que estuve como editor del Fondo Negro pude constatar algunas cosas que tal vez desdigan el empute de las líneas anteriores. No siempre es malo conocer al autor de un libro que uno ha disfrutado. El suplemento me permitió constituir amistades que seguro van a durar un buen tiempo. Y, segundo, existe un grupo reducido de personas que sí eligen la literatura, y no desde la pose o la búsqueda de notoriedad y éxito (que de esto también hay mucho); esa pequeña comunidad hace que todo lo que se haga valga la pena. Frente a esta vida de mierda con horizontes dudosos y búsquedas simplonas y tristes, nos quedan los libros, la crítica, el diálogo. No sé si sea suficiente, pero es algo.

mauricio.murillo@hotmail.es

martes, 11 de diciembre de 2012

TERTULIA SOBRE CIENCIA FICCION EN BOLIVIA

Fuente: http://cffbolivia.blogspot.com/2012/12/tertulia-sobre-ciencia-ficcion-y.html
El día lunes 10 de diciembre, 2012, se realizó una Tertulia sobre Ciencia Ficción y Narrativa Fantástica en Bolivia, en las instalaciones de Café el Turista, bajo el auspicio de fundación Torrico-Zamudio, Los Tiempos, y Café El Turista. Inicialmente, Iván Prado Sejas efectuó una introducción a la ciencia ficción y a la narrativa fantástica, luego se centralizó en el desarrollo de la ciencia ficción en Bolivia. Se mencionó el trabajo de los precursores de la ciencia ficción boliviana, como Ernesto Camacho, Armando Montenegro, Ramiro Condarco, Alvaro Pinedo, Fernando Diez de Medina, Werner Pless, Harry Marcus y Hugo Murillo Benich. En el ámbito de la difusión de la ciencia ficción boliviana se mencionó los trabajos de Fernando Aracena, del Blog de Ciencia Ficción y Fantasia dirigido por Miguel Esquirol e Iván Prado. Igualmente, se mencionó a Rodrigo Antezana y Miguel Lundin como difusores de la ciencia ficción boliviana a través de internet. Igualmente, se mencionó la producción en la primera década del siglo XXI con obras de Rodrigo Antezana Patton, Alison Spedding, Iván Prado Sejas, Miguel Esquirol, Marcela Gutierrez y otros. Para la segunda década se comentó sobre obras literarias de ciencia ficción de Gonzalo Montero, Sisinia Anze, Dennis Morales, Miguel Lundin Peredo, Ronald Rodriguez y otros.  Igualmente se comentó sobre obras con elementos de la ciencia ficción de escritores bolivianos consagrados como: Adolfo Cáceres Romero, Edmundo Paz Soldán, Giovanna Rivero, Gonzalo Lema, Biyú Suarez y otros, que resaltan al género CF en su trabajo literario Y para terminar su participación Iván Prado habló sobre sus obras de ciencia ficción: El Crepúsculo en la Noche de los Tiempos, Sueños del Padre, Samay Pata al rescate de los Selenitas; y   también comentó sobre Las Amazonas, Poder y Gloria, una novela que combina ciencia ficción y narrativa fantástica.
Luego hicieron su intervención los escritores de ciencia ficción y narrativa fantástica: Gonzalo Montero Lara que habló sobre sus obras, Huellas de Luna y El Misterio de las Tres Tetillas; Dennis Morales comentó sobre su inclinación a la ciencia ficción dura, y su obra recientemente lanzada, Venus Reluciente. Finalmente, intervino el escritor Ronald Rodriguez, ganador del Premio Nacional de Literatura, Santa Cruz 2011, y habló sobre su novela Hiperrealidad: el evangelio de la oscuridad, e hizó algunas consideraciones sobre las caracteristicas y repercusiones de su obra. 
En la tertulia se observó que cada escritor tiene su forma de expresarse a través de la ciencia ficción, resaltando distintos aspectos del ser humano y de la cotidianidad ficcionada, a través de cuentos y novelas. Asimismo, cada autor, con sus comentarios, mostró que la ciencia ficción boliviana tiene sus peculiaridades, y que la misma viene siendo valorada cada vez más por propios y extraños. Sobre la narrativa fantástica boliviana se realizaron apenas unas pinceladas, por la falta de tiempo. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Por qué se gana o se pierde en los concursos literarios


Por: Iván Prado Sejas – Escritor y Psicólogo
Fuente: http://venenolundico.blogspot.com/2012/11/por-que-se-gana-o-se-pierde-en-los.html

Uno de los trampolines para dar un salto en el campo literario es el concurso literario (local, nacional o internacional) que otorga premios y posibilita la publicación y difusión de obras (novelas, cuentos y poemarios). Existen n cantidad de certámenes literarios en el mundo, y en Bolivia algunos pocos (muy pocos se podría decir, teniendo como referencia a España donde salen publicados más de mil concursos literarios al año).

 Los premios otorgados movilizan a los escritores, tanto noveles, de mediano recorrido y a los consagrados. El ganar un premio en Bolivia, significa para el escritor (ya sea novel o de mediano recorrido), una especie de “confirmación” que le da sello de que es un buen escritor. Esto siempre y cuando la organización del concurso literario haya estado dentro lo normal y el jurado esté compuesto por personalidades reconocidas dentro de la literatura. Los escritores noveles y de mediano recorrido que se benefician con el galardón, tienen abierto una senda que les puede conducir al éxito como escritores (siempre y cuando persistan con la escritura). Por cierto, en otros países, recibir premios de competencias literarias puede no significar nada, y en función de esta realidad, muchos de los grandes escritores jamás participaron en concursos literarios. Y también, hay casos paradójicos de personas que recibieron premios literarios, pero que jamás llegaron ser escritores consagrados.

 Asimismo, en la realidad boliviana, puede suceder que alguna obra gane un premio literario, pero no necesariamente significa que esa obra sea buena, puesto que se suceden una serie de cosas extrañas en el recojo y registro, en la lectura y evaluación, y en la selección misma de la obra “ganadora”. Personalmente, en mi calidad de escritor, parto de la “premisa” que si una obra no es premiada en un concurso literario, significa que no reúne las condiciones para ser galardonada, entonces, esto involucra que se debe aceptar el resultado. Esto pienso en primera instancia (de buena fe) y a partir del resultado, lo que queda al perdedor es prepararse para después y mejorar cada día más, para otro concurso (si es que desea presentarse a otro concurso literario).

Sin embargo, a partir de la opinión y de la información recogida de escritores que han concursado, de personas que han fungido de jurados literarios y de una breve investigación que mi persona ha realizado, puedo también señalar varias situaciones para que un escritor concursante no sea ganador de un premio literario. Un escritor puede no ganar un certamen literario, porque:


1) Su obra no reúne la calidad suficiente para ser premiada. El jurado ha estado compuesto por personajes importantes en el ámbito literario, con criterio técnico y estético. La editorial respeta el criterio del jurado, y publica, promociona y vende la obra ganadora; además, se beneficia económicamente. Entonces, lo que le queda por hacer al concursante no premiado es aceptar el resultado y que eso le sirva de acicate para mejorar.

2) Ya se sabe con anticipación qué obra será la premiada. Poco importa, la calidad de la obra seleccionada como ganadora, y tampoco interesa la frustración de los escritores perdedores. Esta situación puede tener sus peculiaridades:
    a) La editorial decide qué obra va ganar en función del mercado y de las utilidades económicas que desea obtener con la venta de la obra, y por esto coloca a empleados o dueños de la empresa, como jurados, o;
    b) Existen logias de escritores que hacen de jurados, y que favorecen directamente a los miembros de la logia, o también se puede dar posturas localistas de escritores que favorecen al escritor del lugar, o; 
   c) Algún miembro o varios miembros del jurado defienden a capa y espada a algún escritor que es conocido (amigo o pariente), que se presentó al concurso, y que lo identifican por el estilo o porque ya saben de antemano de quien se trata, o; 
  d) Habiendo abierto el sobre del ganador, el jurado (influido por alguno o algunos) decide anular la obra ganadora (y la reemplazan por otra) porque: el escritor identificado es enemigo, es de otra región, es un autor que ya recibió premios, es de una tendencia política opuesta, es un pensador independiente, es “octogenario” o es demasiado joven, o; 
   e) Tendencia sexista o racista de parte del jurado. En algunos lugares, todavía el jurado menosprecia el trabajo de escritoras por ser mujeres y da preferencia al trabajo de varones. Y también se da el caso de jurados que rechazan las obras de escritores indígenas o con ascendencia indígena. Los textos de los escritores que apellidan Condori, Mamani, Huanca, Sumami, Charupa, etc., no son aceptados. Alguien preguntará: ¿Y para evitar todo eso, no se usan seudónimos? La respuesta es simple; se abren los sobres de los concursantes con la debida anticipación o los postulantes a “ganador” avisan a sus padrinos sobre el seudónimo que están usando.

 3) Su obra es calificada sin criterio técnico o estético, puesto que el jurado está compuesto por gente que no tiene la preparación suficiente. Entonces, se premia cualquier obra, sin importar la calidad literaria.

 4) Su obra no es leída, puesto que se presentaron cientos y cientos de concursantes. Los organizadores desechan o mantienen las obras con criterios cuantitativos (por el exceso en el número de obras presentadas), o sea, dejan de lado obras por procesos nada literarios. La selección es al azar. El que tiene “suerte” podrá tener a su obra como elegida para ser leída y calificada por el jurado.

 5) El concurso era internacional o nacional, pero en la selección de obras a ser leídas y calificadas, los organizadores o el jurado sólo da prioridad a las obras de autores nacionales o locales, respectivamente; entonces, su obra es desechada.

 6) Muchas veces, a las competencias se presentan escritores consagrados y acaparan los premios. En Bolivia, son tan pocos los concursos literarios que se realizan que los premios sólo caben para pocos literatos; entonces, si se presentan a los mismos los buenos, es probable que ganen y dejen de lado a los noveles autores o con cierta trayectoria. También ocurre que la escritura no rinde rédito a ningún escritor, o sea que ningún autor boliviano que sólo edita libros en Bolivia, vive de la literatura; entonces, algunos escritores, de trayectoria, se presentan a los certámenes por el estimulo económico, por eso, algunos ya van por el segundo, tercer o cuartos premios ganados. Acá no hay nada que hacer, ni siquiera ponerse a llorar, puesto que los consagrados tienen también derecho a presentarse a los concursos, si es que no hay nada al respecto en la convocatoria.

Y si esto se mantiene así, los escritores noveles o de mediana trayectoria están liquidados en los certámenes literarios, o sea, quedan eliminados antes que se lean y califiquen sus obras. 
Entonces, son varias las causas que generan que los escritores ganen o pierdan en los certámenes. Si los concursos son bien conducidos, entonces, para el escritor presentar su obra a una competencia literaria es todo un desafío (sobre todo para los noveles y de mediana trayectoria), y puede significar mucho el ganar. Si gana, su obra es valorada y sale a la luz pública como un aporte a la cultura nacional. Para los consagrados que se presentan después de mucho tiempo a un concurso y ganan, seguramente el ganar involucra una cierta renovación. En todos los casos, la obra ganadora es publicada y el lector disfruta de su lectura. Las editoriales se benefician también económicamente. Si el escritor gana en un concurso mal llevado, entonces, existe la duda sobre la calidad de su obra. Aunque la editorial publique el libro, se sabe que es simplemente una producción para rendir utilidad económica o es fruto de un “chanchullo”, y la misma no es un aporte a la cultura del país. Para el escritor perdedor que no se entera de los manejos inadecuados, seguramente el concurso será uno más en su vida. Para el escritor perdedor que se entera de las artimañas, la frustración, la rabia, la tristeza y la impotencia son sentimientos que emergen en un país donde todo puede ocurrir. Entonces, hay concursos y “concursos”. Y uno llega siempre a saber lo que sucedío.